La pensión de los autónomos sigue estando en el punto de mira. Si la pasada semana nos preguntábamos si era más conveniente ajustar las prestaciones o alargar la edad de jubilación para asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones, ayer surgió una nueva propuesta lanzada por las asociaciones de autónomos durante la Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo: que se tengan en cuenta las horas trabajadas a la hora de acceder a la pensión. De ésta forma, cabría la posibilidad de “abrir la puerta” a un sistema más eficaz de cotización a tiempo parcial y de pluriactividad.
Una alternativa que podría ayudar a muchos autónomos a mejorar sus condiciones de acceso a la jubilación. En la actualidad, y tras la aprobación en marzo del decreto ley que completaba la reforma de las pensiones iniciada en 2011, los autónomos que deseen acceder a la prestación deben haber cotizado un mínimo de 15 años, dos de los cuales deben estar comprendidos dentro de los últimos 15 años de actividad. No obstante, éste mínimo irá aumentando de forma progresiva hasta los 25 años en 2027.
Ésto, sumado a la escasa cuantía de las prestaciones medias de los jubilados autónomos al finalizar su vida laboral que, por lo general, cobran una media de 358 euros menos que un asalariado, hace que muchos de ellos opten por retrasar su edad de jubilación más allá de la edad legal.
De hecho, y según datos de la Seguridad Social ofrecidos en el mes de febrero, un autónomo cobra una pensión media de 598 euros, mientras que la edad media de jubilación del colectivo es de más de los 65 años, frente a la de los asalariados, que ronda los 63,4.
Durante las próximas semanas, el Ejecutivo deberá hacer un enorme esfuerzo para elaborar una propuesta de Reforma de las Pensiones, cuya aprobación se prevé después del verano, coherente y adaptada a la coyuntura económica y productiva por la que atravesamos.
Por ello, en Infoautónomos hemos recopilado diferentes alternativas y propuestas que pueden contribuir a mejorar el acceso y calidad de la prestación por jubilación de los autónomos de forma sostenible para las arcas del Estado:
– El afianzamiento de un sistema de aportaciones a la Seguridad Social que garantice una cuantía mínima en la prestación por jubilación por encima de las posibilidades de cotización de los autónomos en sus últimos años de actividad y evite que el Estado se vea en la necesidad de complementar las pensiones mínimas.
Muchos autónomos cotizan por el mínimo, lo que puede beneficiarles a corto plazo y, lo normal, es que durante los últimos años de trabajo se aumente la cuantía de las aportaciones de cara a la jubilación. En la actualidad, la bajada de ventas e ingresos ha provocado que muchos trabajadores por cuenta ajena no puedan planificar su jubilación con suficiente antelación, llevándoles a una situación de clara desigualdad frente a los trabajadores asalariados.
Sin embargo, aún existe una parte del colectivo que, teniendo mayores ingresos, sigue abonando la cuota mínima, por lo que es necesario llevar a cabo políticas de concienciación sobre la importancia de cotizar proporcionalmente a lo largo de la vida laboral del autónomo para acceder a una prestación por jubilación adecuada, lo que compensaría las aportaciones de aquellos que cotizan por una base inferior.
Así mismo, sería necesaria una reforma del propio Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, en la que se permita un cambio en la base de cotización cada tres meses (en ver de cada seis) y en la que se reduzca la base mínima para los autónomos con más dificultades, establezciendo tramos más proporcionales a los ingresos netos, lo que podría llevarnos al siguiente punto:
– La implantación de un modelo lineal de cotización en función del rendimiento de la actividad antes de la Seguridad Social, para lograr un sistema progresivo capaz de adecuar el pago de las cuotas a los ingresos, lo que sólo sería posible mediante un nuevo sistema que integre tanto a Hacienda como a la Seguridad Social. De ésta forma, sólo aquellos que más ingresos obtengan deberán cotizar más.
– El establecimiento de la cobertura obligatoria de todo el sistema de protecciones sociales en el RETA, incluido el cese de actividad que ahora es voluntario, y en las mismas condiciones que los trabajadores asalariados.
– La implantación de un sistema de trabajo a tiempo parcial de los trabajadores por cuenta propia, que, según afirmaba en El Economista José Luis Tortuero Plazo, miembro del comité de Expertos para la reforma de las pensiones, “está previsto pero es inexistente”. Ésto ayudaría a combatir en gran medida la economía sumergida y contribuiría a frenar el fraude a la Seguridad Social.
– El acceso a jubilación anticipada a los 61 años ( y no a los 63 como se ha aprobado recientemente) en mismas condiciones que los trabajadores adscritos al Régimen General, estableciendo un procedimiento para coeficientes reductores en supuestos de anticipación de la edad de jubilación de los autónomos.
#salvemoslaspensiones 😉
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