Los vehículos profesionales son indispensables para un gran número de trabajadores por cuenta propia.
Pero comprar un coche o una furgoneta al contado puede comprometer los flujos de caja. Incluso las opciones tradicionales de compra con financiación pueden trastocar tu balance.
Dos alternativas surgen en el horizonte: el renting y el leasing.
Permiten disfrutar de un vehículo nuevo mediante el pago mensual de cuotas.
Las diferencias entre estos modelos son notables. Veamos.
Renting para autónomos
Una opción en crecimiento en el entorno empresarial.
¿Qué es el renting?
Consiste en un alquiler sin opción de compra.
A cambio del pago de una cuota mensual el autónomo puede disfrutar de un vehículo nuevo con todo incluido: seguro, mantenimiento y reparaciones.
Aunque el “todo incluido” dependerá de las condiciones pactadas. Hoy día hay opciones a medida, pero por lo general el renting para autónomos incluye todo para que disfrutes del vehículo sin cargas adicionales.
¿Cuáles son las ventajas del renting para empresas y autónomos?
Para el autónomo o empresa supone un importante alivio de caja ya que esta modalidad no exige entradas ni grandes desembolsos, tan solo el pago mensual de una cuota.
Este gasto es fácil de contabilizar y de controlar.
Además, las cuotas se pueden deducir en el Impuesto de Sociedades o en el IRPF (según corresponda), al igual que el IVA. Al 100% si está vinculado íntegramente con la actividad, al 50% si no es así.
Por último, el renting para autónomos permite sacar al vehículo de la ecuación de preocupaciones. Con esta modalidad siempre tendrás un vehículo en perfecto estado. Estrenarás al cabo de tres o cuatro años.
Leasing para autónomos
Similar al renting, pero con importantes matices.
¿Qué es el leasing?
Se trata de un alquiler con opción de compra al finalizar el contrato. Más orientado al largo plazo que el renting.
La articulación de este contrato es similar: pagas una cuota mensual (sin entrada) y puedes disfrutar de un vehículo nuevo durante el tiempo estipulado.
Pero aquí la opción de compra marca la diferencia. Al finalizar el contrato tienes tres opciones con el vehículo:
- Quedártelo a cambio del pago de la última cuota (valor residual).
- Cambiarlo por otro nuevo.
- Devolverlo a la compañía.
La primera opción suele ser la más favorable a nivel económico.
Ventajas del leasing para autónomos
Es una forma cómoda de comprar un vehículo. Los intereses suelen ser más elevados que los del préstamo tradicional pero a cambio presenta importantes ventajas.
- Permite financiar el 100% de la inversión.
- Incluye todos los gastos asociados: seguro, impuestos, reparaciones, mantenimiento…
- Ofrece importantes ventajas fiscales.
En este artículo abordamos todas las ventajas fiscales del leasing para autónomos.
Con el leasing puedes deducir el IVA y las cuotas si el vehículo está vinculado a tu negocio de forma íntegra. Si le das un uso mixto solo podrás deducirte un 50%.
Pero en el leasing la clave está en la posibilidad de amortización acelerada, un punto que conviene evaluar de forma individual y pormenorizada.
Renting o leasing, ¿cuál elegir?
Aunque son dos instrumentos similares que permiten adquirir vehículos cómodamente, cada uno se orienta a un tipo de emprendedor:
¿Te gusta cambiar de coche cada tres o cuatro años? El renting es tu mejor opción. Con este sistema podrás renovar el coche sin gastos asociados. Una cuota mensual. Todo incluido. Sin más complicaciones.
¿Prefieres tener un vehículo en propiedad? Opta por el leasing, esta modalidad es una forma de “compra aplazada” que te permitirá adquirirlo al finalizar el contrato.