Sabemos bien que cualquier error con Hacienda puede derivar en una sanción. Y aunque parezca un trámite sin trascendencia, la declaración de nuestro domicilio fiscal nos puede evitar pasar por algún mal trance.
Aquí te contamos qué debes considerar al darte de alta como autónomo y cómo gestionar los trámites referidos al lugar de tu actividad económica.
¿Cuál es mi domicilio fiscal?
Es habitual que las personas duden sobre lo que significa el término dirección fiscal. Es un concepto que a veces nos puede producir confusión y que debemos entender bien si queremos cumplir con nuestros deberes impositivos de forma adecuada.
La legislación define el domicilio fiscal como el sitio de localización del obligado tributario. Es decir, se refiere al lugar en el que una persona física o jurídica responde frente a sus deberes con la Agencia Tributaria.
En muchos casos, el domicilio fiscal de una persona coincide con su residencia habitual. De todas maneras, algunas veces Hacienda considera como dirección fiscal al sitio en el que el trabajador autónomo gestiona su ejercicio económico. Y es aquí donde hay que tener cuidado.
Dirección fiscal vs. domicilio de la actividad
El domicilio fiscal es el sitio en el que Hacienda considera que te encuentras disponible de forma permanente. Si la Agencia Tributaria te envía una notificación, entiende que la recibirás con seguridad, ya que es el lugar en el que pasas la mayor parte del tiempo.
En cambio, el domicilio de la actividad se refiere al establecimiento en el que desarrollas tu trabajo como autónomo. Este puede o no coincidir con la dirección fiscal, y por lo tanto es donde hay que prestar atención para evitar errores al proporcionar los datos.
¿Qué implicación tiene el domicilio fiscal para los autónomos?
Cuando informas de tu dirección fiscal a la Agencia Tributaria, no solo indicas dónde pueden encontrarte. Además, quedas adscrito al sistema aplicable en esa región.
Esta es la razón por la que este dato es relevante, ya que determina la oficina que te corresponde para gestionar tus trámites. A su vez, dejas claro el lugar de recepción de las notificaciones, posibles procedimientos administrativos y de control impositivo.
Cuándo declaras tu domicilio fiscal
En primer lugar, al iniciar tu actividad profesional, tienes que cursar tu alta como autónomo en el RETA y también en Hacienda. A través de los formularios 036 y 037, darás a conocer el comienzo de tu actividad económica a la Agencia Tributaria.
Es en este momento cuando debes especificar tu domicilio fiscal. En la actualidad, y debido a la situación de emergencia sanitaria, puedes realizar este trámite de manera electrónica desde la página web de la Agencia Tributaria.
¿Has pensado en la alternativa de una oficina virtual?
Declarar tu actividad en tu domicilio conlleva ciertas ventajas: te ahorras el pago de servicios y alquileres externos y consigues desgravar algunos de los gastos fijos de la casa.
La nueva ley de autónomos dice que puedes deducir de tus gastos de suministros el 30% del porcentaje de lo declarado de tu vivienda para actividad económica. Pero, si lo piensas bien y empiezas a hacer cuentas, verás que la cantidad a deducir es mínima.
Por eso, no está de más barajar otras alternativas que pueden resultar muy interesantes para establecer el domicilio fiscal en una dirección diferente a la residencia habitual. Alternativas como una oficina virtual o un coworking están hoy más que nunca a la orden del día.
Son empresas que alquilan espacios y servicios físicos o virtuales para poder mejorar la imagen y la profesionalidad de tu marca.
La privacidad es una de sus principales ventajas. La dirección de tu empresa será la misma que utilizarás en tus facturas, donde te buscarán tus clientes o colaboradores y recibirás notificaciones. Poner la dirección de tu casa implica mezclar tu actividad profesional con tu vida privada. Y es algo que no siempre conviene.
Por otra parte, si tienes que reunirte con clientes o proveedores, una oficina virtual ofrece una imagen más corporativa que la vivienda. Además, tendrás acceso a un espacio de trabajo con servicios y recursos similares a los que tendrías en tu propia oficina.
Un coworking te asegura la recepción de llamadas y mensajería, aun cuando te encuentres en una reunión, trabajando fuera o en tu propia casa.
Antes de notificar tu dirección fiscal, piensa con detenimiento cuál de las distintas alternativas es la más conveniente en tu caso. Ten presente que si no declaras esta información de forma correcta te arriesgas a una multa.
Si te surge alguna duda acerca de cómo realizar la declaración de tu domicilio en la Agencia Tributaria, recuerda que puedes consultar con nuestra asesoría fiscal online.