El teletrabajo es una opción que se encuentra en pleno auge, tanto para los trabajadores por cuenta ajena como para los freelances. La llegada de las nuevas tecnologías, ha provocado la cuarta revolución industrial que estamos viviendo en el presente, y con ello nuevos perfiles profesionales han surgido, como es el caso de los smart-workers (trabajadores cuya forma de empleo se basa en las tics) o de los Knowmads (nómadas del conocimiento).
Durante los últimos tres años, más de 1 millón de autónomos se han dado de alta en nuestro país aprovechando la bonificación de la tarifa plana de 50€ a lo largo de los seis primeros meses. Esto significa que muchas personas han optado por el autoempleo como forma de incorporación al mercado laboral.
Pero, ¿desde dónde trabajar como freelance?
Como todo en esta vida, depende, ¿de qué? pues fundamentalmente de tu situación económica y del tipo de actividad que vayas a ejercer. Profesiones como marketing, comunicación, contenidos, informática, diseño gráfico, traductores…etc, son ideales para realizarse desde cualquier lugar. Muchos freelances pertenecientes a estos colectivos cuando les preguntan dónde se encuentra su oficina, responden directamente, en su ordenador portátil, y es bien cierto, ya que con un buen dispositivo informático y una conexión a Internet, puedes realizar proyectos con cualquier cliente independientemente de su procedencia o el origen donde te encuentres.
Cada vez es más frecuente ver a personas trabajando desde aeropuertos, hoteles, estaciones de tren, bibliotecas y lugares varios, sin embargo, si realmente quieres dedicarte a tu profesión de forma duradera, necesitarás un espacio estable, agradable y tranquilo en el que volcar toda tu creatividad.
¿Cuáles son entonces las alternativas?
Alquilar una oficina
Quizás sea la opción que más le gustaría a todo el mundo, pero la realidad es que los principios suelen ser duros y escasos en cuanto a recursos materiales y económicos, por ello, a no ser que tengas la suerte de que algún familiar o amigo te ceda un espacio gratuito para desarrollar tu actividad, esta es la alternativa menos común. En cualquier caso, si tuvieras esta oportunidad, no dudes en aceptarla ya que mejorará tu imagen profesional, incrementará tu nivel de productividad y también tu calidad de vida al separar el lugar de trabajo del personal.
Compartir un espacio de Coworking
Esta es una de las opciones más asequibles y practicadas hoy en día por gran parte de freelances menores de 50 años, concretamente de profesiones con alto perfil tecnológico y social.
Un espacio de coworking te da la oportunidad de alquilar un puesto de trabajo de forma fija o temporal con un amplio abanico de opciones por horas, días, meses o incluso de coworker volante, esto es según necesidad, y todo ello por tarifas realmente asequibles incluso para los comienzos.
Por otra parte, te beneficiarás de todos los servicios que allí se comparten como el uso de equipos informáticos, fax, escáner, impresora, uso de sala de juntas para reuniones con clientes y quizás lo más importante, disfrutar de un ambiente de networking en el que se crean sinergias entre varios profesionales autónomos.
Pongamos un ejemplo
Imaginemos que una empresa necesita elaborar una página web con todos sus contenidos ofrecidos en varios idiomas y además crear un plan de Social Media para su estrategia online.
Este proyecto podría llevarse a cabo por varios profesiones presentes en un coworking como, un diseñador gráfico, un redactor de contenidos, un traductor y un community manager.
Trabajar desde casa
Esta es sin duda la alternativa más económica y elegida por una gran parte de autónomos, emprendedores y microempresas, particularmente en sus principios. Analicemos sus ventajas y desventajas.
Puntos fuertes
- Exento de costes de alquiler
- Flexibilidad Horaria
- Conciliación vida familiar-profesional
- Menores ruidos ambientales y mayor concentración
- Menos traslados con el ahorro que supone
- Inferiores gastos generales (wifi, seguridad, limpieza, ropa de trabajo, almuerzos fuera del hogar…etc)
Puntos débiles
- Mayores distracciones sobretodo si tenemos menores en casa en épocas vacacionales.
- Gran disciplina, no todo el mundo tiene la autodisciplina para dedicar ocho horas o más diarias a su trabajo dentro del hogar sin dar prioridad a otras cosas.
- Reducir el tiempo o trabajar demasiado. Ambas opciones pueden ocurrir, bien porque no se respeten los descansos necesarios o porque nuestra atención se dirija a otros aspectos del hogar.
- Aguantar la soledad. Aislarse en casa de forma continuada, puede hacer que dejes de estar informado sobre las últimas novedades, eventos y formaciones de tu sector. No contarás con un equipo o colegas de trabajo con los que comentar tus proyectos.
- Falta de equipos y material. Por lo general los hogares no cuentan con elíseo equipamiento que tendría lugar en una oficina.
- Apenas se aplica la ley de prevención de riesgos laborales en las viviendas.
Sin embargo, además de todos estos factores, existen otros de tipo fiscal, que pueden suponer un importante ahorro si ejercemos nuestra actividad desde casa.
¿Qué gastos son deducibles?
Dependerá del porcentaje de vivienda que se utilice para llevar a cabo la actividad correspondiente como freelance.
Gastos deducibles en vivienda
Podrás deducirte impuestos locales como IBI, basura, comunidad vecinos, amortización fiscal del inmueble, intereses de préstamo hipotecario si lo hubiese, seguro de hogar…etc. También podrán incluirse el 100% de los gastos y cuotas deducibles de IVA con respecto a la inversión en equipos y material de oficina.
Para que todo esto sea posible la vivienda debe encontrarse en régimen de propiedad.