En este artículo te vamos a contar:
- ¿Qué es el balance de situación?
- ¿Qué estructura tiene el balance de situación?
- Objetivo y utilidad del balance de situación
Un proyecto empresarial requiere un análisis interno y externo de su situación en todo momento con vistas a una próspera evolución.
El instrumento ideal para elaborar dicho análisis se denomina balance de situación.
Pero, ¿cómo se hace un balance de situación? Desde Infoautónomos vamos a intentar explicaros este concepto y su estructura de manera sencilla, especialmente dirigida a pymes y autónomos.
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1. ¿Qué es el balance de situación?
El balance de situación es un documento que representa la imagen fiel y real de una empresa en un momento dado.
Se nutre principalmente de la información que aporta la contabilidad de la empresa, que contiene datos del pasado, del presente e incluso datos previstos de futuro.
Se refiere únicamente a un momento concreto de la empresa.
Por ello, suele decirse que el balance de situación es una “fotografía” de la empresa en un momento o fecha determinada, ya que refleja la situación de la misma en un día concreto, en contraposición a la cuenta de resultados, que es una “película” de lo que ha sucedido en el año.
No obstante, el balance está en continuo cambio mientras la empresa en cuestión se encuentre en funcionamiento.
El balance de situación refleja datos acerca de los derechos y posesiones de la empresa, denominados Activos; así como sus deudas y obligaciones, o sea, Pasivos.
Por último, en el balance de situación aparece el Patrimonio Neto de la empresa, que no es otra cosa que los fondos propios o fuentes de financiación no exigibles, como el capital social, las reservas y los beneficios acumulados.
Bien, pues este documento forma parte de las cuentas anuales y constituye una parte muy importante de las mismas, junto con la cuenta de pérdidas y ganancias y la memoria.
Las empresas podrán presentar un modelo de balance de situación abreviado y unas cuentas de pédidas y ganancias resumidas, siempre y cuando cumplan que durante dos ejercicios consecutivos reúnan, a la fecha de cierre de cada uno de ellos, al menos dos de las circunstancias siguientes:
En definitiva, un buen balance de situación nos ofrece un retrato del patrimonio de la empresa, en el que se reflejaría todo aquello por lo que esta se constituye, lo que tiene y lo que debe.
2. ¿Qué estructura tiene el balance de situación?
Como cualquier informe, el balance de situación o balance general cuenta con una estructura que debe ser claramente delimitada para que sus resultados sean lo más claros y veraces posible.
La estructura que debe cumplir el balance de situación viene dada por el Plan General Contable para pymes, que estandariza dicho documento para que todas las empresas cuenten con una estructura homogeneizada que facilite su correcta interpretación.
Dicha estructura se divide en las tres partes mencionadas anteriormente: los activos, los pasivos y el patrimonio neto.
El activo: definición
El activo de una empresa es el primer aspecto a tener en cuenta en el balance de situación y representa el conjunto de los bienes y títulos de propiedad que posee una empresa, o sea, representa las inversiones de la misma.
Este activo cuenta con varias partes.
La primera de ellas es el activo no corriente, el cual representa todos los bienes, propiedades y derechos que tenga la empresa desde hace más de un año.
Se entiende que estos recursos son difícilmente controlables por la propia empresa .
El activo no corriente, a su vez, puede clasificarse en el inmovilizado material, donde se representan los edificios, territorios, maquinarias, etc., que pueda poseer la empresa en cuestión.
Encontramos también en este grupo el inmovilizado tangible, donde se incluyen las patentes, diseños industriales y demás derechos que posea la empresa y, por último, el inmovilizado financiero, donde se registran las inversiones que esta tiene a largo plazo.
Por lo general, todo el activo no corriente es poco líquido, es decir, su conversión en dinero efectivo de forma inmediata es muy difícil.
Y la otra parte del activo es el activo corriente.
En este caso, se representan los bienes que pertenecen a la empresa desde hace menos de un año y que a su vez se dividen en:
- Existencias: conformadas por las mercancías de venta, materias primas y productos en curso, por ejemplo.
- Realizable: se trata de los bienes y derechos de la empresa que fueran realizables a corto plazo.
- Disponible: recoge los bienes que se tienen en caja y el banco.
Por su parte, los activos corrientes son muy líquidos, o sea, son dinero en efectivo o están en proceso de convertirse en ello.
El pasivo: definición
El pasivo de una empresa representa las fuentes de financiación de las que esta dispone.
Este pasivo también puede dividirse en otros dos subgrupos:
- Pasivo no corriente: que aúna todas las deudas cuyo vencimiento es a largo plazo (deudas de poca exigibilidad).
- Pasivo corriente: en el que se incluyen todas las deudas que tienen un vencimiento a corto plazo (deudas de alta exigibilidad).
El Patrimonio Neto: definición
El Patrimonio Neto es el conjunto de capital propio (no externo) que financia y soporta la empresa. En términos monetarios el Patrimonio Neto queda representado por la totalidad de los Activos una vez deducidos todos los Pasivos.
Técnicamente, el Patrimonio Neto incluye las aportaciones realizadas, ya sea en el momento de su constitución o en otros posteriores, por sus socios o propietarios que no tengan la consideración de pasivos, así como los resultados acumulados u otras variaciones que le afecten.
De esta manera, al observar el activo, el pasivo y el patrimonio neto, conoceríamos si la empresa tiene pérdidas, ganancias o simplemente se mantiene.
3. Objetivo y utilidad del balance de situación
Dado que lo principal que espera cualquier emprendedor de su empresa o negocio es que prospere y le genere beneficios, este balance de situación es una pieza fundamental de la contabilidad de la empresa.
Puede que en un principio, cuando la empresa aún es pequeña, todos estos elementos de los que hemos hablado anteriormente parezcan fáciles de recordar y valorar sin necesidad de llevar a cabo un documento expresamente para ello.
No obstante, se recomienda la realización de este informe desde el nacimiento de la empresa, ya que este nos ayudará a detectar los errores y a corregir el rumbo de la organización antes de que se produzcan desajustes más graves.
A fin de cuentas, el balance de situación se hace para analizar el esqueleto de la empresa, pues nos permite observar desde fuera cuál es el rumbo que ha tomado la empresa en el último año, y compararlo con el de años pasados o venideros puede suponer una serie de ventajas que mejoren notablemente los resultados de la empresa.
Este documento nos permitirá ver si la gestión que estamos llevando a cabo es positiva o negativa para el negocio y nos mostrará la evolución del mismo, algo que es imprescindible conocer desde un principio para sentar unas bases sólidas sobre las cuales instaurar una empresa estable y bien engranada.
Por esto mismo, concluimos que es bastante recomendable hacer un balance de situación al menos una vez al año y valorar la evolución de nuestra empresa, para estar prevenidos ante futuros imprevistos y saber cómo combatirlos.